jueves, 25 de noviembre de 2021

Ama

 Ama, como un acto inevitable, como un movimiento intrínseco al efecto de estar vivo. Ama, sin dirigir el foco del amor a ningún punto concreto, ama… pero no me ames a mí, que no existo, que no hay un tú ni un yo, ya que de haberlo, no habría amor que valga. Y si me amas, que sea porque nado como todo en el conjunto de las cosas que son uno, que sea porque sabes que también soy infinito, como tú. Ama, pero no te enamores, sino que vive enamorado, porque no se ama de pronto, porque igual que no hay finales no hay principios. Más que amar, recuerda simplemente que siempre has amado, que amas desde antes de haber nacido y de igual manera tras la muerte, que eres una representación pasajera de la eternidad del amor, y estás aquí en la tierra por un lapso, confundido a veces por la trampa de las formas, nada más. 

Sólo desde la ausencia del pensamiento se aprecia la esencia de lo factual, no existe nitidez bajo el análisis, atiende pues al eco que golpea las paredes y que siempre adviene nuevo, atiende al espacio que vibra constante, sin tiempo, sin límite, sin meta, sin esfuerzo, sin ser siendo, incluyendo el no ser en el ser, coexistiendo con el vacío, llenándolo todo sin dejar de no ser nada siempre, vaciando a su vez la nada y dejándose ser todo, pero nunca.

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