No creo que sea el único que se
despierta de madrugada de vez en cuando. A veces a las cinco de la mañana,
otras veces a las tres o a las cuatro, y durante una, dos o tres horas
permanezco despierto observando casi paranoico mi mente que se enreda en pensamientos
absurdos e inoportunos. Consigo dormir al cabo del rato, pero enseguida salta
la alarma del despertador. Tengo bastantes problemas para conciliar el sueño.
Cuando me pasa esto intento concentrarme y me imagino que soy una piedra en
medio de un páramo aislado donde nunca pasa nadie, pero no suele funcionar
porque, por alguna extraña razón, mi mente a esas horas malditas está demasiado
activa y me condena a prestarla atención.
¿Habéis sufrido alguna vez una
parálisis del sueño? Es una sensación terrible, de pronto te despiertas y tu
cuerpo no se mueve. Según dicen los que estudian estas cosas, el cuerpo se queda
quieto por culpa de unas moléculas que paralizan la corteza motora. La
parálisis va acompañada a veces de alucinaciones. Yo no he sufrido nunca alucinaciones
visuales durante estas parálisis, únicamente auditivas y la mayoría de las
veces se trata de un zumbido muy potente que se apaga bruscamente cuando
termina el mal rato. La primera vez que tuve una parálisis del sueño noté como
mi cabeza reposaba sobre la almohada, pero mi cuerpo entero estaba elevado
haciendo una diagonal respecto a la horizontalidad de mi cama y así permanecí
durante varios minutos hasta que sentí que mis brazos y mis piernas descendían
ligeramente hasta tocar las sábanas. Sé que racionalmente eso es algo
imposible, pero en ese momento para mí era completamente real y os aseguro que
si os ocurriera, os percatarías de que la lógica en ese instante no sirve para
nada. Sólo cuando se sufre varias veces esta angustiosa situación, se va
haciendo más posible aplicar el razonamiento lógico y aunque así sea, la
angustia no desaparece porque el hecho de comprender lo que te ocurre no hace
que deje de ocurrir, eso es obvio. La sensación es altamente incómoda.
Es increíble el desconocimiento
que tenemos de nuestro propio cuerpo. Hay quienes dicen que estos problemas del
sueño provienen del estrés, pero no es tan sencillo. Sí, claro, por supuesto
que cuando he tenido preocupaciones demasiado pesadas he padecido dificultades
para conciliar el sueño y he experimentado parálisis, pero no siempre se ha
debido a esas causas. En momentos de mi vida verdaderamente apacibles también
he pasado por esos ratos infernales. ¿A qué se puede deber por tanto este
problema? ¿Qué lo provoca? Bueno, no soy científico y no puedo darle una
explicación, pero es posible que a veces nuestra mente vaya por derroteros que
no elegimos conscientemente, es posible que haya un principio caótico dentro de
nuestro propio ego que sea completamente indomable y que aproveche quizás
nuestro letargo para expandirse y romper con las reglas que lo difuminan
durante los estados conscientes. Es posible que sea algo así como una noche de
violentos fenómenos medioambientales que quiebran la ingenua tranquilidad de
las aguas y provocan inmensas olas y corrientes incontroladas, es posible que
sea algo como eso pero dentro de nuestra cabeza cuando la mecánica incesante
del cerebro se calma. Y claro, si tenemos la mala suerte de despertar, no nos
queda otra que agarrarnos a la tabla y esperar a que amaine el temporal.
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