"Su pelo me recordó al tiempo, el
tiempo enredado en la vergüenza, esa pequeña muerte que a veces nos traga. Luego
su voz me enganchó, era un huracán que venía silbando desde otra galaxia, puede
que no se escuchara por aquello que dicen de que en el espacio no existe el
sonido, pero eso es mentira...
La noche fundía sus manos sobre
la luz de mis ojos, sus ojos flotaban cual barco varado en el mar de mi sangre,
su sangre caía indecisa en mi boca y su boca dormía en el tambor de mi piel titilante…
el espacio exterior escuchó todo aquello y la voz de su alma cruzó el universo,
no pudo ser de otra forma, no pudo ser nunca más."
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