Cierro los ojos bajo el sol de la
mañana, lágrimas negras se deshacen en mi almohada, sé lo que acontece por
detrás de la ventana, sé que aunque no mire la miseria está asomada. Me han
llamado ingenuo por vagar junto a los sueños, cínico y procaz por no aparcar
nunca el empeño de vomitar sobre quien cree ser nuestro dueño solo porque hay
gente indigna que le ofrece el cuello. Hay tanto formalismo, tanto
convencionalismo, tanto absurdo protocolo que enloquezco y descontrolo, me
duele el alma y ni siquiera sé si existe, no me cuentes cuentos, lograrás que
me despiste: la sanidad, la educación, la corrupción, las pensiones, los
desahucios, los parados y la recesión. No seré quien ponga en duda que estos
son problemas, los tengo a pie de calle y antes de salir me queman, pero esta
historia encarna a Sísifo y su piedra, a Prometeo destripado por el ave de la
guerra, al titán llamado Atlas obligado a sostener la tierra y a las esperanzas
vanas de la clase media. La candente lava de un volcán no se detiene por votar
a otro payaso cuando el circo te lo ordene. Voy a introducirme dentro de mi
pensamiento, voy a excavar hondo y a expresar sin miramientos todo lo que siento,
lo que corre por mis venas, profundo como el eco misterioso de la quena. El
estado natural de las personas no es mirar para otro lado, no es rendirse bajo
el yugo del trabajo asalariado, no es mostrar abiertamente la rodilla con el
fin de que nos haga Don Parné la zancadilla, no es poner la otra mejilla frente
a quienes nos humillan, no es olisquear la cola de los que andan con pistola, y
no es auto-engañarse con que todo está ya hecho, caminando de la mano,
enamorado, del Estado de derecho. Te diré cual es la peor dictadura, a la que
aspira un populacho enfermo que no tiene cura, esa que han perfeccionado los
adictos a la usura y han logrado introducirla como un clavo en la cultura, la
llamada democracia, es una estafa, es una mafia que se sacia con la fe y con la
esperanza de la masa, mesiánica por excelencia, herencias ideológicas arcaicas,
resquicios de un pasado dominado por el miedo y la ignorancia. La sanidad, la
educación, la corrupción, las pensiones, los desahucios, los parados y la
recesión, por favor, revienta la pantalla del televisor, a pedradas, a patadas,
pero escucha lo siguiente amigo, no todas las penas de este mundo se almacenan
en tu ombligo. El tiempo y el espacio son dos cosas importantes y están tan
relacionadas que sería un poco ingenuo en este instante ser distante con la
idea de explorar y analizar cada suceso utilizando bien el seso para descubrir
el peso del inmenso resultado del pasado y el significado eterno que los actos
de la gente en el presente tienen para los que vienen, para quienes no han
llegado. Esos desgraciados que vendrán y que en su estado natural, aún siendo alegres
capullos en flor, no tendrán problema alguno cuando tengan que decir que no, si
algo les saca de quicio y no respeta su opinión. Quizás más adelante dejarán su
rebeldía a un lado, se adaptarán a todo aquello del trabajo asalariado, la
familia, los seguros, las facturas, la casita en un lugar más retirado, hipoteca,
deuda, crédito, inversión… Serán supremos lameculos de las farsas de los bancos,
si es de cuerdos o es de locos, no es mi campo, mi comprensión no llega a
tanto. Para mí lo natural está en luchar contra el poder establecido, contra
todas esas normas que ninguno de nosotros ha elegido, para mí lo natural es
dedicar algo de tiempo a exterminar la esclavitud a deshilar los intricados
mecanismos que nos atan en la mísera actitud de no sudar, no trabajar por la
virtud de ser los dueños de la vida que nos ha tocado y ser conscientes del
dominio que nos tiene consternados. Y es que, si antes de nacer fueras capaz de
moldear tu vida, dudo que esculpieses esta ruina desmedida sin cabida para
nadie, donde reinan la avaricia y la mentira con donaire descarado. Sé que es
cierto que no existe la manera de tintar los tonos grises de esta esfera
todavía siendo un feto, sin saber lo que te espera, pero ahora eres consciente
y tienes cubos de pintura suficientes para darle otro color a las fachadas
destrozadas de tu angosta situación, y se vehemente, independiente, no confíes
en aquellos que te venden tu propia sonrisa, tu satisfacción. Es a costa de tu
identidad, quieren camelarte y engañarte, han diseñado un deprimente mundo
injusto con el fin de que busquemos la alegría en sus productos, pero está en
el corazón, siempre lo ha estado, golpeada como un barco por las olas, si, pero
la felicidad no es propiedad de coca-cola. La sanidad, la educación, la
corrupción, las pensiones, los desahucios, los parados y la recesión, se
destruiría este galimatías en esencia si abriésemos un poco más nuestra
conciencia, si meditáramos en serio y con frecuencia acerca de nosotros mismos
y nuestra existencia. No se trata de odiar la realidad ni a las personas, sino
todo lo contrario. No se trata de ir de raro, de anormal que desentona
¡visionario! Olvida tus delirios de grandeza, aquí todos somos hijos de mamá
naturaleza. La cuestión fundamental es comprenderte más allá de tu cabeza,
conectar cada latido con el vívido segundo en el que nace la certeza de que el
mundo gira siempre indiferente a tus vivencias, de que somos una mancha
microscópica en el cosmos, una errónea involución de los primates hacia el
homo, una plaga virulenta para nuestro propio entorno. Llegados a este punto es
de importancia darle vueltas al dilema sobre la insignificancia, el sentido de
la vida en este globo sin salida, la verdad de la esperanza en el tedioso día a
día y después romper a trizas la conducta depresiva, enfrentarse a los abismos
del camino manteniendo una sonrisa, percatarse de que somos como el paso de la
brisa y a la vez un meteorito que provoca grandes sismos, explotar la gruesa
pompa del hiriente egocentrismo, machacar toda señal de impertinente pesimismo
y conectar con las estrellas, descubrir el infinito dentro de tus propias
huellas, presentir en tus adentros las raíces de la vida, conocer que somos
parte de una indómita medida. Somos uno y somos todo, amor, salud y fuerza,
rencor, dolor, y herida para la pachamama machacada y ofendida. Me queda poco
tiempo entre las ruinas de esta guerra, tengo miedo del delirio, su mandíbula
me aterra, por las noches se me aferra y me recuerda que mañana es otro día
igual que el resto sobre el grueso de la tierra, en un arresto generado por los
mismos que la pueblan. Exigiré jubilación anticipada a las pasiones, pues
pensaba que el contrato explicitaba vacaciones, una tregua para huir de las
continuas decepciones, pero va pasando el tiempo y se derriten mis canciones, como
el hielo en aquel vaso de insondables dimensiones donde abundan humeantes todas
las desilusiones. No estoy triste, tengo en ristre todavía la esperanza, aún me
insiste cuanto existe a seguir, cual Sancho panza, en las veredas del delirio,
sombras en la lontananza, y allá voy ensimismado con la caja de Pandora, y sin
demora me alimento de aquel bien que aún dentro mora. El problema está en los
ojos cuando ya no dicen nada, cuando echamos el cerrojo y caminamos en manada rumbo
a fosas de despojos donde se halla desmembrada toda identidad y arrojo de una
humanidad domada. Yo no escribo a la tristeza, lo último que busco es llanto,
yo le canto a tu cabeza para que no duerma tanto, para que persiga el sueño lejos
de cualquier almohada, más allá de lo superfluo, de lo que no importa nada ¿Dónde
están las cucarachas de las grietas del imperio? ¿Por qué no sacáis las hachas
y lo echáis al cementerio? Lleváis picos, lleváis palas, vuestro rostro tosco y
serio, sanidad, educación, reparáis muros de hierro, bienestar, cotización,
reformáis una ilusión y volvéis a unir los signos que nos recuerdan al sol. Olvidamos
hace tiempo que la realidad existe, nos embaucó el videojuego tras un incauto
despiste, somos aves enjauladas rogando un grano de alpiste, somos extras
voluntarios de un rodaje lento y triste. Que los límites se ahoguen, bajo la
luna eremita, que vuestras leyes se aneguen en una noche infinita, que nazca de
nuevo el mundo con las entrañas reescritas. Suelo ser un poco necio, digo cosas
sin control, después me quedo en silencio sin hallar la explicación, pero
cuanto siento es recio como el rugir del león y eso mismo es este lienzo de
extraña disposición donde sin orden sentencio lo que dicta el corazón, no pongo
en venta mi esfuerzo, pero pienso en mi interior que aunque no le ponga precio,
vos sabréis darle valor.
Sabría Que mejorarías
ResponderEliminarDía con Día
sin ofender eres una Maquina -
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarhermosa letra! tus canciones me dan mucha fuerza. un abrazo desde Chile
ResponderEliminarSergio, me siento miro la gente pasar y pienso escuchando tus canciones, me preocupaba que tus ultimos temas iban deprimiendoze (cosa que es normal en este mundo) pero as vuelto con todo, Saludos desde Chile, y muchas gracias :)
ResponderEliminarCanción que nunca llegara a ser tarareada por el grueso del burdo, no tiene estribillo que repetir, ni una letra pegadiza y superflua que recordar.
ResponderEliminarUna canción que a muchos no les llegara y otros ni le presten atención... pero a unos cuantos nos dejas embelesados.
Espero que cada vez seamos más estos últimos. Un placer para los oidos como siempre.
Vaya lienzo de extraña disposición!
ResponderEliminarExcelente Paradoxus
Orwell nos decía que sabes si lo que lees es bueno cuando al leerlo te das cuenta de que todo lo que dice ya lo sabías, pero no eras consciente. Creo que es la segunda vez que me ocurre.
ResponderEliminarChapó! y Gracias.
Hermosa letra, especial para reflexionar. Saludos desde Chile, Chiloé.
ResponderEliminar23 de febrero 2014
ResponderEliminary no pude escucharte en mexico
Qué mágica composición... Gracias por compartir la genialidad de sus letras, un saludo desde Colombia y ojalá ocurra algún día un concierto suyo por estos lares tan ávidos de un poco de la conciencia que promueve su música, su poesía
ResponderEliminarQué mágica composición... Gracias por compartir la genialidad de sus letras, un saludo desde Colombia y ojalá ocurra algún día un concierto suyo por estos lares tan ávidos de un poco de la conciencia que promueve su música, su poesía
ResponderEliminarConciencia y consciencia no son meras coincidencias imprescindibles en estos tiempos en los que da más esperanza una canción popera que la papada de un papa, la promesa de un populacho o la patada de una empresa.
ResponderEliminarNo sé muy bien lo que digo pero lo que sí sé a ciencia casi cierta es que no dejará indifente a la gente...al menos a mí no.
Gracias compañero!
Muchas gracias por tus letras, le han dado mucho sentido a lo que pienso de la vida y gracias a tus palabras me he podido sentir más yo.
ResponderEliminary ahí vaz de nuevo ...que la fuerza te nació del sol, del cosmos y de lo que somos, huellas en el viento más lejano de la existencia......
ResponderEliminarGracias!!!!
ResponderEliminary un abrazo :)
bella letra , cuando la escuche, sabia que tenia que escucharla 2 veces y despues de leer , quedo convencido que nada queda al azar. profundo e inmenso se adivina, me pierdo pero me dejo llevar , muy grande.
ResponderEliminarSergio, gracias. Habes logrado algo excelso, sublime. No hago mas que escuchar tu composicion y sumergirme en todo lo que en mi mente se proyecta. Siento lo que dices como propio, pues tambien en mi sangre habita todo lo que enuncia y lo que callas.
ResponderEliminarEstoy escuchandola y escuchandola pues deseo memorizarla, aprenderla.
Voy por ahi, caminando, cantando pedacitos.
Gracias, Sergio. Gracias.
Amo demasiado tu música. gracias, gracias, gracias.
ResponderEliminarEstá brutal esta letra, ¡ufff! ¡Que energía!
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