martes, 25 de marzo de 2014

Palabras al día XXIII: Nuestro peor enemigo (25/03/2014)

¿Quiénes son tus peores enemigos? Imagino que lo tendrás muy claro. La vida de cada uno es una odisea personal e intransferible, sentimos el ataque exterior en cada uno de nuestros movimientos porque nos golpean, obviamente, pero el mayor daño no nos lo causan los golpes. ¿No es peor enemigo el daño de un golpe que el golpe en sí mismo? Más aún, ¿No es peor enemiga la consecuencia negativa de un daño que el mismo daño y el golpe que lo causa? De acuerdo, sin persona o cosa que golpea no habría golpe, sin golpe no habría daño, sin daño no habría malas consecuencias (acumulación de odio por lo general), pero, ¿Por qué hay una persona que golpea? Hay una persona que golpea porque hay una persona que odia y esa persona que odia, odia porque ha sido golpeada (física o moralmente), ¿Nació primero el odio o nació primero el golpe? Bueno, yo creo que nació primero el odio ¿Sin golpe? Sí, el odio tiene muchas maneras de nacer, no necesita estrictamente un golpe para reproducirse, de hecho, en muchas ocasiones ni siquiera necesita fundamentarse en una razón lógica.
Alguien nos odia y, un buen día, nos golpea. Automáticamente, ese alguien se convierte en nuestro enemigo y, entonces, le odiamos, es decir, que nos amistamos con la misma causa que provocó que ese alguien nos golpeara. Lo más interesante de esta contradicción es que cuando se odia, nuestra mente da vueltas en círculo sobre un escenario sin puertas ni ventanas, y de tanto dar vueltas, el odio que sentimos nos termina haciendo daño y el daño, por si lo habíamos olvidado, es una consecuencia de los golpes ¿Quién nos ha golpeado ahora?
Tu peor enemigo, ante todo, eres tú mismo, de ti depende reducir tu propia enemistad, y aquellos a quienes consideras más enemigos de tu persona que tú mismo, son mucho más enemigos de sí mismos que tuyos, eso nunca lo olvides. Que odies sólo cumple la función de que quienes consideras tus enemigos, a quienes guardas odio, no necesiten golpearte, ya que lo haces tú solo a ti mismo mejor que ellos, y ellos, al odiarte, están recibiendo golpes mucho más duros que los que tú pudieras darles en toda su vida.
Sólo quien aprende a amarse a sí mismo es capaz de dejar de odiar y quien no odia a sus enemigos es quien les hace más daño, pues ha eliminado al peor de ellos que no es otro que él mismo.

3 comentarios:

  1. Estoy bastante de acuerdo con la mayoría del texto. Nuestro mayor enemigo somos nosotros mismos, pero no puede deberse eso a que no somos capaces de querernos a nosotros mismos tal y como somos?. Soy enemiga de mi misma porque creo aceptarme sin llegar a creérmelo, por inseguridades y comparaciones entre otras cosas; por imaginaciones mías la mayoría de las veces. Por otra parte, puede que sea mi propia enemiga por estar reprimida, cohibida. Desde hace un tiempo intento analizar mis sueños, y me he dado cuenta de que en ellos no soy la misma persona que anda por las calles. Quizá no sea capaz de amarme a mí misma porque no me conozco tanto como quisiera. ¿Por qué en sueños me atrevo a reaccionar sin miedo a lo que puedan pensar?, ¿por qué en sueños hago todo aquello que despierta no haría?, ¿por qué en sueños actúo de manera irracional?. No sé si no me conozco a mi misma o si mi verdadera esencia solo sale en mis sueños, es algo que me desconcierta. Me gustaría saber si has tenido alguna situación parecida, porque a pesar de ser una persona bastante segura de mí misma, muchas veces no me conozco. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Creo que lo que describes nos pasa a todas las personas de vez en cuando o, al menos, a las personas que nos planteamos preguntas y que nos encanta pensar (a veces demasiado). Evidentemente, al fornido caballero que vive en su mullido sofá con su cerveza en la mano y el fútbol en la pantalla cada domingo, le importa más o menos poco todo esto, y en cierto modo, es medianamente inteligente adoptando esa actitud ante la vida porque consigue sentirse feliz con cosas tan insignificantes. El problema es que esa felicidad es inconsciente y efímera (Aunque no sé hasta que punto existe un sentimiento de felicidad que no sea efímero). Sea como sea, para nosotros es prácticamente imposible dejar de hacernos preguntas y no podemos conformarnos con la felicidad industrializada, así que debemos buscar otras vías para comprendernos y aceptarnos.
      Como bien dices, somos enemigos de nosotros mismos porque no somos capaces de querenos tal y como somos. El problema es complejo, porque la sociedad no facilita el cambio de perspectiva. Tenemos miedo, por eso no somos quienes querríamos ser, por eso en sueños despliegas tu personalidad saltándote los protocolos, porque no hay consecuencias. Quizás, estando en sueños, no seas consciente de que las consecuencias no existen, pero tu subconsciente, de alguna u otra manera, pierde el miedo a las posibles consecuencias.
      Puede que en gran medida todo este asunto de la enemistad con nosotros mismos se resuelva cuando perdemos el miedo. Y el miedo se pierde haciéndonos conscientes de que pase lo que pase tenemos un valor intrínseco como seres humanos, un valor que nadie puede arrebatarnos, ni siquiera la muerte. Después de comprender eso, habría que dejar de hacernos tanto caso a nosotros mismos. Ya sabemos que nuestro valor no puede desaparecer, porque pertenece a nuestra esencia. Lo mejor ahora es volar sin preocuparse de perder las alas y caer al vacío. Eso es posiblemente el verdadero significado de amarse a uno mismo, el verdadero significado de respetarse y dejar de ser un enemigo ante tu propia libertad.

      Eliminar
  2. Es cierto que el miedo a las posibles consecuencias no esté presente en nuestros sueños y por ello en ellos mostramos nuestra verdadera esencia y hacemos lo que realmente deseamos. Ojalá algún día podamos mostrarnos como las personas que realmente somos y así dar al mundo lo mejor de nosotros mismos. Gracias por contestar, justo el día de mi cumpleaños. Ha sido un buen regalo :)

    ResponderEliminar